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18 de julio de 2016 Entrevista

ENTREVISTA AL DOCTOR LUIS DE LA CRUZ, Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla

“Los linfomas requieren un abordaje integral con la implicación de todos los profesionales sanitarios”

  • Doctor, en España, ¿estamos a la vanguardia en el tratamiento de linfomas? ¿Qué nota le pondría al tratamiento que reciben los pacientes con linfoma en nuestro país?

El nivel de la sanidad española es muy elevado. Sin duda la nota que le pondría es la de un notable muy alto. Contamos con una atención de alto nivel y un acceso a la innovación amplio por parte de nuestros pacientes. Estamos también a la vanguardia en los últimos tratamientos disponibles, entre otras cosas gracias a ensayos clínicos con nuevas drogas. También es muy elevado el nivel de las sociedades científicas y los grupos cooperativos españoles.

  • ¿Cuál es el margen de mejora? ¿Hacia dónde cree que deben dirigirse los esfuerzos en la investigación de linfomas?

Como decía, el tratamiento actual es muy bueno, pero indudablemente siempre existe margen de mejora. En Europa y también en España, todavía no se ha incorporado a la práctica clínica los avances en inmunoterapia ‘CART cell’, que suponen una auténtica revolución en linfomas agresivos. Este tipo de inmunoterapia permite modificar técnicamente  los linfocitos T del propio paciente para que ataque las células tumorales. En algunos casos se han observado remisiones completas de la enfermedad cuando los tratamientos tradicionales habían fallado.

  • ¿Cuáles cree que han sido los principales hallazgos hasta el momento?

Yo creo que la inmunoterapia ha venido para quedarse. Los anticuerpos monoclonales  como el rituximab han revolucionado la terapia de los linfomas B, y son fármacos que se vienen utilizando en nuestros hospitales desde hace años. Ahora, además, estamos incorporando nuevas estrategias de inmunoterapia activa con anticuerpos inmunomoduladores en los que están puestas grandes expectativas. El mayor conocimiento de la genética y las terapias dirigidas también son grandes avances de los últimos años.

  • ¿En el aspecto diagnóstico, ¿cuáles son las principales barreras?  ¿Y en el tratamiento?

Sin duda la principal barrera es que requiere un abordaje multidisciplinar y la concienciación por parte de múltiples especialistas. Es decir, que el médico de familia esté formado en los síntomas y signos de alerta de un linfoma, así como otras especialidades como medicina interna, otorrinolaringología o cirugía general, que son puertas de entrada de estos pacientes. La fiebre o la pérdida de peso pueden achacarse a multitud de patologías. Por eso es tan importante el diagnóstico diferencial, que se reconozca de manera rápida en el circuito asistencial.

  • ¿Cree que hay suficientes especialistas para tratar la actual incidencia de estas patologías? ¿Se interesan las nuevas generaciones por los linfomas?

El abordaje de la patología linfoide oncológica requiere de un conocimiento profundo, un constante reciclaje y un expertise muy elevado. Los resultados clínicos son consecuencia directa de lo anterior y por tanto no hay que ahorrar ninguna estrategia para fomentar el intercambio de conocimientos entre especialistas en linfomas, ya sean oncólogos o hematólogos. Las nuevas generaciones se interesan por los linfomas según la preponderancia que se les conceda en los diferentes Servicios. Desde luego, nuestra experiencia en GOTEL es que los residentes demuestran un enorme interés por esta patología, como se constata en todas las ediciones anuales del Curso GOTEL de Formación en Linfomas. Desde los grupos de investigación nos damos también ese apoyo necesario para compartir conocimientos y seguir avanzando.

  • ¿Han detectado un aumento de la incidencia de estas patologías? ¿Existen factores de riesgo asociados a la aparición? ¿Han cambiado los patrones?

Hay que tener en cuenta que hablamos de unos 40 tipos diferentes de linfomas. Quizá de entre los dos grandes grupos generales, el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin (LHN), destaca la mayor incidencia de este último en la última década. Sin embargo, no podemos achacar este incremento a ninguna tendencia o cambio social. Los factores de riesgo están asociados a la edad o a la debilitación del sistema inmunitario. Además, el tratamiento y la probabilidad de curación dependen del estadio y el tipo de linfoma.

  • Y por último, ¿qué le llevó a especializarse en linfomas? ¿Qué es lo que más le interesa o apasiona de su especialidad?

Bueno, la especialización me llegó casi por asignación. Hace unos diez años que en mi centro hospitalario me encargaron el abordaje y tratamiento de los linfomas. Durante todo este tiempo el camino ha sido apasionante. Es una patología compleja, pero que con un correcto abordaje y tratamiento se puede mantener en remisión en muchos casos y curar en otros. Para mi es de un gran interés, ya que está siempre en contacto con otras especialidades y permite una gran profundización. Sin duda, el tratamiento de los linfomas te ‘engancha’ como profesional, por un lado, por los retos que supone y el elevado compromiso que te genera con los pacientes.

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BIO

El doctor Luis de la Cruz es Facultativo Especialista en Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Córdoba (1998) y Doctor en Medicina por la Universidad Hispalense de Sevilla (2010). Posee el título de Máster en Ensayos Clínicos por la Universidad Hispalense y el Máster en Oncología Molecular por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. Ha recibido el Premio al Desarrollo Profesional por la Agencia de Calidad de Andalucía en el año 2008. Es secretario del Comité Central de Tumores del Hospital Virgen Macarena desde el año 2004. Desde marzo de 2011 es evaluador de proyectos de investigación para la Consejería de Salud y desde julio de 2011 forma parte del Comité de Ética e Investigación del Área Sanitaria Virgen Macarena.